BODEGAS MONTECILLO
Rioja desde el siglo XIX
Más de 140 años después de la fundación de nuestra primera bodega en Fuenmayor, Bodegas Montecillo mantiene una sólida filosofía de respeto al viñedo, de selección de la mejor uva, de una vinificación coherente, de un envejecimiento en barricas de roble de alta calidad y de un afinado en el sosiego de los calados subterráneos, donde se guardan botellas de añadas que se remontan a 1926, el mismo año de creación de la DOCa Rioja.
EL VIÑEDO
Una larga vinculación a cientos de familias viticultoras
Mantenemos un compromiso activo con nuestro entorno natural, vitícola y humano.
Siguiendo esta premisa, Montecillo conserva una vinculación de décadas con cientos de viticultores de la zona. Esta forma de colaborar nos permite disponer añada tras añada de las mejores uvas procedente de más de 800 parcelas extendidas por la Rioja Alta mayoritariamente.
A pie de viñedo y con el complemento de los últimos avances de geolocalización, podemos controlar el ciclo vegetativo y sanitario de las vides, los diferentes estadios del proceso de maduración y la calidad final del fruto, entre muchos otros factores.
Nuestro nombre – Montecillo – honra al origen de todo, la topografía irregular del viñedo riojano. Y ahí, en el viñedo, es donde se concentran nuestros primeros esfuerzos.
LA ELABORACIÓN Y CRIANZA
CALIDAD Y SABER HACER
Rigurosamente seleccionadas ya desde la cepa, las uvas de la variedad Tempranillo mayoritariamente entran en bodega para iniciar una nueva añada.
Todas las variedades reúnen características de madurez, acidez y sabor que las hacen excepcionales para, con el paso del tiempo, conseguir vinos de larga guarda, uno de los grandes iconos históricos de Montecillo.
Los procesos de vinificación y crianza están dotados de los sistemas más actuales. Uno de los hitos en la historia reciente de la bodega fue la incorporación en 2005 de depósitos Ganimede®, que proporcionan una extracción delicada, selectiva y eficaz de los componentes aromáticos del vino en grandes elaboraciones. Otro aspecto decisivo es la renovación constante del parque de barricas, el cual dispone actualmente de más de 20.000 barricas bordelesas de roble francés y americano, asegurando una crianza limpia y óptima según el estilo de cada uno de nuestros vinos.
LA GUARDA
Tiempo y mito en lo más hondo del calado
El tiempo es un tesoro, el silencio, un aliado y la paciencia, una joya a preservar.
Estamos en el profundo interior de la bodega, en nuestros calados subterráneos. Aquí, rodeados de oscuridad, calma y misterio, los vinos de Montecillo se guardan y se hacen grandes. El paso de los años convertirá vinos seleccionados en Grandes Reservas y serán llamados a perpetuar el mito de nuestra marca.
Pero de momento siguen en su sueño. Y evolucionan lentamente dentro de cientos de miles de botellas apiladas cuidadosamente, a mano, una sobre otra, hilera a hilera. Con tanta precisión y firmeza que podrían sostener sin esfuerzo ni daño los pasos de una pareja de bailarines.